martes, 30 de mayo de 2017

534 días después de Cristina

534 d.C. Reforma previsional en agenda Si bien reconoció que no habrá modificaciones en el corto plazo, el titular de la Anses se mostró partidario de otorgar un haber mínimo “lo más universal posible” y marcar diferencias según la cantidad de aportes. El titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, sostuvo ayer que el Gobierno evalúa impulsar una nueva ley jubilatoria. “Tenemos que pensar, y este es un tema de largo plazo, no de un día para el otro, en una nueva ley jubilatoria que contemple un haber mínimo, o sea lo más universal posible, y luego que tenga una parte contributiva”, aseguró el funcionario en declaraciones a la agencia Telam. Si bien se mostró satisfecho por el hecho de que la cobertura previsional esté cerca del 97 por ciento a partir de las distintas moratorias, aseguró que hay que “dar una discusión para dejar de poner parches al sistema”. “Esta segunda moratoria vence en septiembre y a partir de ahí, si no hacemos nada, empezaría a caer de vuelta la cobertura porque es por año, por camada”, explicó. También adelantó que evalúan una alternativa para pagarles las deudas pendientes a los jubilados y dijo que dejarán de utilizar recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad para estimular la economía. Basavilbaso consideró que si bien la ley actual de jubilaciones y pensiones es contributiva, dejó de funcionar de esa manera a partir de las moratorias que permitieron a mucha gente jubilarse pese a no tener los 30 años de aportes. Las moratorias fueron impulsadas por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner porque mucha gente en edad de jubilarse no estaba pudiendo hacerlo por no tener los 30 años, lo que las dejaba en una situación de desamparo absoluto. Si bien no dio precisiones, Basavilbaso aseguró que buscar mantener esa universalidad a través de un haber mínimo, pero diferenciarlo de lo que cobran quienes sí han venido aportando regularmente. “Es injusto que la gente que contribuye reciba lo mismo que la gente que no contribuye”, aseguró. En la actualidad ya hay una distinción por ingresos porque no todos los jubilados cobran lo mismo. El monto de la jubilación depende de lo aportado durante los últimos diez años de actividad. No obstante, la gran mayoría de los jubilados reciben el haber mínimo y dentro de ese universo hay personas que aportaron 30 años y otras que no tenían la cantidad de años, pero accedieron al haber mínimo a través de una moratoria y luego se les descontó una parte de ese haber para compensar los años no aportados. El argumento sobre la supuesta injusticia que supone otorgarle la misma jubilación a alguien que aportó 30 años y a alguien que no lo hizo es cuestionable porque en una economía donde cerca del 40 por ciento de los trabajadores son empleados en negro la mayoría de las veces el no aportar no es una decisión del trabajador sino una condición impuesta por el empleador. Si bien pudo haber alguna excepción, la mayoría de los que accedieron a la jubilación a través de la moratoria no es gente que no trabajó sino gente que trabajó toda su vida y no le hicieron los aportes o le hicieron menos de los que correspondía. No obstante, para el director ejecutivo de la Anses el aportar o no aportar pareciera una decisión individual del trabajador. Basavilbaso lo dejó en claro al afirmar que es necesario establecer “un haber fijo para todos y, por otro lado, un componente adicional que también sea un incentivo para trabajar en blanco y para contribuir, porque si todos los que trabajamos en blanco pagamos parte de nuestro sueldo todos los meses para contribuir al sistema, y luego cobramos lo mismo que alguien que no contribuyó, estamos generando incentivos inversos en el trabajo formal”. Consultado por la liquidación de las sentencias adeudadas a los jubilados que efectuaron reclamos judiciales por la actualización de sus haberes, Basavilbaso señaló que se están “pagando más juicios que los que se estaban pagando en la gestión anterior, inclusive algunos que datan de hace unos 10 años”, al tiempo que anticipó que analizan una solución definitiva a este problema “por un pedido del Presidente”. Las alternativas que se estaría evaluando para darle una solución definitiva a la catarata de presentaciones es ofrecer una cancelación de la deuda en efectivo y bonos, de acuerdo al monto de cada caso. El promedio de cada arreglo llegaría a los 300.000 pesos por jubilado. La propuesta sería voluntaria, pero implicaría que el jubilado retire la demanda. En cuanto a otros planes de la Anses, el funcionario sostuvo que el plan de viviendas Procrear “es otro programa que le queremos encontrar otra vuelta de tuerca, porque no ha llegado a todos, ya que la Argentina tiene un déficit habitacional del 25 por ciento y el Presidente quiere que la gente pueda comprarse una vivienda, por eso estamos trabajando con otras áreas, porque hoy es un muy difícil obtener un crédito”. Respecto de la utilización del Fondo de Garantía de Sustentabilidad para otorgar créditos a empresas a baja tasa o estimular el funcionamiento de la economía, el funcionario prometió que “eso se va a discontinuar”. “Tiene que estar bien custodiado el dinero que se preste y tiene que ser con tasas de mercado, queremos cuidar la plata de los jubilados y queremos que ese fondo sea cada vez mayor”, concluyó.

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